Ernesto Baffa tango bandoneón

Lastima bandoneón: murió Ernesto Baffa

Bordaba el fraseo del Polaco Goyeneche con un sonido que ningún otro bandoneón podía tener. En dúo con el gran Osvaldo Berlingieri, en un trío con su nombre, en su orquesta típica, con Pichuco, en la soledad de una noche orillera o en un tarde de sol frente al río, Ernesto Baffa tejió atmósferas que lo llevaron de una punta a la otra del tango: tocó con Aníbal Troilo, con Ástor Piazzolla y hasta con Los Caballeros de la Quema (“Fulanos de nadie”).

“Se fue en paz, se fue con Troilo”. Con esa frase, Pablo Baffa despidió a su padre, el genial bandoneonista Ernesto Baffa, que murió a los 83 años tras agravarse su estado de salud después de haberse quebrado la cadera.

El día que Don  Ernesto debutó le seguía el compás con el talón, a cinco metros, el hombre-bandoneón: Aníbal Troilo. Baffa temblaba como una hoja. Lo miró al Gordo, que se dio cuenta de que el muchachito estaba muerto de nervios y le dijo: “Tranquilo, pibe”. No sabía Baffa que años después sería el «fueye cadenero» de la orquesta del gran Pichuco, que le iba a encargar al pibe los floreos de bandoneón, los solos que todos pensaban que hacía el Gordo.

Melodía de arrabal

A los 10 años Bafa ya tocaba el bandoneón en un bar y en 1948, con 15 años, pasó a integrar la orquesta de Héctor Stamponi y Roberto Rufino. A los 18, reemplazó a un tal Leopoldo Federico en la orquesta de Horacio Salgán, con quien permaneció hasta la disolución, en 1957. Integró las formaciones de Francini-Pontier, y luego las de Alberto Mancione, Alfredo Gobbi, Pedro Láurenz y Pedro Maffia.

El pase a la orquesta de Aníbal Troilo marcó el puntos más alto de su carrera. Por 14 años, de 1957 a 1971, fue el “fueye cadeero” de la renombrada orquesta del bandoneón mayor de Buenos Aires. “Estar en la orquesta de Troilo era como tocar el cielo con las manos, era un fenómeno con un talento tremendo”, recordaba Baffa.

Le puso música a grandes voces del tango, como Roberto Goyeneche, Roberto Rufino y hasta cruzó fraseos con Astor Piazzolla. “Me permiteron crecer. Aprendí un poco de todos ellos”, resumía.

Aún estaba con Pichuco (1965), cuando conformó un trío con Osvaldo Berlingieri y el contrabajista Fernando Cabarcos, que luego se convertiría -ya desvinculado de Troilo- en la famosa Orquesta Baffa-Berlingieri que grabó memorables páginas con Roberto Goyeneche y grandes piezas instrumentales.

El último gran homenaje que recibió en vida fue el estreno de la pelí­cula documental «Ernesto Baffa, Poesí­a de bandoneón», producida por The Argentine Tango Society, y dirigida por Daniel Tonelli y Marcelo Turrisi, con producción de Silvina Damiani.

Hijo de un albañil italiano, Baffa decía que el bandoneón “era un bicho muy difícil”. Por eso le dedicada largas horas a su estudio, al ensayo constante. «Para mí el tango es todo, es un sentimiento», había dicho en una nota el fueye rosarino. “Hasta donde pueda y Dios quiera, espero poder seguir arriba de un escenario”, dejaba en claro. Baffa tocó hasta el último suspiro de sus pulmones. Y dejó mudo a su embrujado bandoneón..

Escuchá cómo tocaba Baffa

Baffa con Los Caballeros de la Quema