salud, Misiones

Farmacias por el suelo: en Misiones hacen huertas medicinales

En medio de millonarios negocios entre laboratorios, farmacias y medicamentos, vive un enorme circuito de plantas medicinales domésticas: huertas medicinales que tratan dolencias y funcionan como puente entre las familias del campo y la ciudad, afirma Norma Hilgert, integrante del Instituto de Biología Subtropical en Puerto Iguazú, Misiones.

Violeta Furlan, bióloga de la Universidad Nacional de Córdoba, estudia la diversidad de huertas medicinales y jardines familiares en áreas de asentamientos multiétnicos, como lo es la ciudad de Puerto Iguazú en Misiones, próxima a la Triple Frontera argentino-paraguaya-brasileña, región guaraní en la que se asentaron hace más de un siglo colonos de origen europeo. «Encontramos que, tanto en el campo como en la ciudad, hay un repertorio compartido de plantas que la gente usa en curaciones caseras, disponibles principalmente en huertas y patios cercanos a las casas, y que prefieren utilizar plantas medicinales frescas», explicó Violeta. 

Cuando las familias se trasladan a la ciudad, tratan de instalar huertos similares a los que dejaron atrás, llevando consigo parte de sus plantas curativas o volviendo al campo a buscar entre sus familiares o amigos semillas o plantines, trazando así un circuito que, además de enriquecer los huertos, fortalece los vínculos locales y la soberanía familiar.

manzanilla, hierba medicinal

Manzanilla

La farmacopea vegetal regional incluye plantas que se agregan al tereré (mate frío) para evitar el calor o los problemas digestivos, como el paico o la manzanilla, que dan rico sabor y funcionan como suplementos dietarios contra el colesterol o como nutriente de efecto beneficioso para la salud humana. La región es especialmente diversa no sólo en ambiente sino también en cultura, y reconoce como recurso algo que aprendió con sus familias o con pares en la escuela.

La farmacopea se refiere a libros recopilatorios de recetas de productos con propiedades medicinales reales o supuestas, en los que se incluyen elementos de su composición y modo de preparación editados desde el Renacimiento, y que más tarde serían de obligada tenencia en las oficinas de farmacia.

En medio del brote de epidemia de dengue que tuvo Misiones uno de sus focos, las investigadoras aportaron un idea para el saneamiento de los espacios verdes de las casas. “Vemos que a todo el mundo se le hace muy amigable tener un jardincito o una huerta y, en vez de promover hacer multas, que es un modo poco amigable de abordar a la población, en cambio las huertas familiares están culturalmente más incorporadas y de paso, genera aromáticas, verduras frescas y casi todas las plantas medicinales de uso cotidiano”, propone Hilgert.

Además del intercambio de saberes y el fortalecimiento de vínculos sociales en las situaciones de cambios y migraciones, promoverían el ordenamiento y la limpieza del espacio peridoméstico.

“Quizás a la par de las campañas de descacharrizado actualmente en ejecución, podrían reforzarse actividades que promuevan huertos familiares aún en espacios reducidos, así como generar talleres donde los agentes de salud y las familias discutan las fortalezas y debilidades de las plantas medicinales usadas habitualmente en nuestra región”, se entusiasmó Hilgert. Tal como lo hacen en Misiones.

 

Fuente y foto: Télam