Paraguay, Argentina y Bolivia talaron unos 25 millones de árboles durante el mes de octubre en la compartida región del Chaco, una deforestación equivalente a dos veces y media la superficie de Buenos Aires, según un informe distribuido hoy por la ONG ambientalista Guyra Paraguay.
La superficie devastada de árboles durante ese mes en esta ecoregión, la segunda extensión boscosa más grande de Suramérica después de la Amazonía, fue de unas 50.574 hectáreas, por encima de las 40.551 hectáreas registradas en septiembre por Guyra. Eso equivale a un ritmo diario de deforestación de 1.686 hectáreas.
De los árboles arrancados en octubre, el 55 por ciento corresponde a territorio paraguayo, el 34 por ciento a Argentina y un 11 por ciento a Bolivia, según los datos de Guyra en base a imágenes de satélite que pueden consultarse en Internet en el «GeoPortal CartoChaco».
Según la ONG, la destrucción de estos bosques de árboles también trae una disminución de las superficies cubiertas por agua. Mientras que en agosto se conservaban unos 2 millones de hectáreas con agua, en octubre quedaron 1,6 millones de hectáreas.
Los ambientalistas detectaron en todo el Gran Chaco Americano, un total de 38.806 focos de calor o incendios, correspondientes a Argentina, Bolivia, Paraguay y también a Brasil, que comparte una pequeña parte del Chaco, más conocida como El Pantanal. En ese equilibrio ecológico, los árboles son el fundamento.
El Chaco es el hogar de veinte de pueblos indígenas que se extienden a través de los cuatro países: como los guaraníes, los énxet, qom, sanapaná o ayoreo, entre otros.
En la región chaqueña, entre Paraguay y Bolivia, vive además el único grupo indígena que queda en aislamiento voluntario fuera de la Amazonía, los ayoreo totobiegosode.
También es el hábitat natural y mejor conservado para animales como el yaguareté (jaguar en guaraní), la nutria gigante (arira’i), el oso hormiguero gigante (jurumi) y el tatu carreta, la especie más grande de armadillo que existe en Paraguay.
Fuente: Chaco Hoy
Foto: Ecoosfera