En La Plata, cuando el reloj marque las 12 el 1 de enero de 2016, el cielo se va a iluminar de una forma muy especial: Los Minions, Dragon Ball, El Principito y hasta el Gigoló son algunos de los 120 muñecos gigantes que arderán en una tradición única en el país que se practica desde 1956 en la capital provincial.
Son muñecos de hasta seis metros de alto, armados con una estructura de madera y hierro, revestidos con papel de diario y papel mache pintado, que van a representar dibujos animados o personalidades del espectáculo y del ámbito político que hayan sido relevantes en 2015. Están rellenos de pirotecnia y emplazados en ramblas y esquinas.
En el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata, se dan las charlas obligatorias de técnica y seguridad para los responsables de los “momos” dictada por Bomberos de la Provincia, y se entrega el certificado de autorización definitivo para la quema.
La ciudad de La Plata tiene la particularidad, junto a los partidos vecinos de Berisso y Ensenada, de ser uno de los pocos distritos del país donde se realiza durante la fiesta de año nuevo la quema de momos, muñecos similares a los incinerados en otras regiones de Latinoamérica con el nombre de años viejos.
Un poco de historia
La costumbre nació en el año 1956 en la puerta del almacén y bar de 10 y 40, de don Luis Tortora, para homenajear a un jugador del Club Defensores de Cambaceres, con cede en Ensenada. Cuentan que los muñecos eran parte de una gran fiesta que empezaba en Navidad, donde en las calles se ponían guirnaldas multicolores que colgaban de los árboles y había música que se pasaba desde un tocadiscos conectado a grandes bocinas colocadas también en los árboles.
La confección de muñecos fue evolucionando y se fueron perfeccionando durante las décadas del ´60 y ´70, hasta que fue interrumpida y prohibida en 1976 por la dictadura militar que tomó el gobierno; pero volvieron con el retorno de la democracia y se generalizan en los 80.
En los 90 los vecinos de cada barrio empezaron a autoconvocarse para participar en la confección. Por lo general, eran los adolescentes y jóvenes de los diferentes barrios que se reunían y planificaban el diseño y construcción del muñeco. Desde ese entonces se realizan concursos donde el mejor muñeco es premiado por el municipio platense y por algunas empresas de medios de comunicación.
Fuente y foto: Télam