Basada en la novela homónima de Leonardo Oyola, mañana se estrena “Kryptonita”, de Nicanor Loreti, con Diego Capusotto, Juan Palomino, Pablo Rago y Nicolás Vázquez. La historia de amistad y lealtad entre un grupo de superhéroes argentinos marginales donde se cruza el hiperrealismo con la estética del cómic.
Entre el realismo sucio bonaerense y una imagen propia de cómics de superhéroes como Superman, Flash o La mujer maravilla, de los que algunos de sus personajes toman ciertos poderes y características físicas, “Kryptonita” describe una noche en un hospital público del Gran Buenos Aires, donde el bien y el mal se disputan la vida de Nafta Súper, líder de una banda de delincuentes herido de muerte con un vidrio verde.
Mientras todo eso ocurre, el doctor González, médico en la guardia nocturna del hospital, acostumbrado a perder y a empastillarse para soportar la falta de sueño y la violencia cotidiana de ladrones y policías corruptos, debe decidir si toma partido o no por Nafta Súper, si le salva la vida o lo deja morir, al tiempo que asiste -sin saber nunca si se trata de algo real- a eventos extraordinarios y sobrenaturales.
Con claras referencias a películas como “Asalto al precinto 13”, de John Carpenter, “Near Dark”, de Katheryn Bigelow, “Sin City”, de Robert Rodríguez, o incluso “La pandilla salvaje”, de Sam Penkinpah, el director Nicano Loreti («Diablo», la saga «Socios por accidente») construye una película de encierro y asedio, en el que se pone en juego la lealtad y amistad entre un grupo de marginales que demuestran hasta qué punto la justicia y la dignidad pueden estar también en donde no lo parece.
Diego Velázquez y Susana Varela (como el médico y su enfermera), Juan Palomino, Pablo Rago, Diego Cremonesi, Lautaro Delgado, Nicolás Vázquez, Carca y Sofía Palomino son los antihéroes del filme, que más allá de su apariencia y modales representan a la justicia y el bien, frente a la corrupción criminal encarnada por los policías Diego Capusotto y Luis Ziembrowsky, o el hampón sin códigos Daniel Valenzuela.
“Para mí, lo que hace genuina a la película, a los diálogos y los personajes es que Leo viene de ahí, él vive allí y algunas historias son cosas que le pasaron a él mismo. Eso es un regalo, una historia real escrita tan bien por alguien que sabe de lo que habla porque lo vivió en carne propia”, destacó Loreti en relación al autor de “Kryptonita” y a la extraña búsqueda de un verosímil realista dentro del género fantástico.
Junto al director de fotografía Mariano Suárez y al director de segunda unidad Alejo Rébora, Loreti trabajón en la construcción de una atmósfera y una estética propias del cómic, donde la iluminación, el trabajo con los colores y el uso del croma -especialmente para evocar los recuerdos épicos de cada uno de los personajes- convierten a la guardia y los pasillos de un simple hospital bonaerense en un mundo alucinante y fantástico. Fuente: Télam.