Daniel López Roca: »El vino es un lenguaje cultural que narra historias de identidad, creatividad y humanidad»

Es periodista especializado en vinos (y otras bebidas). Conoce como pocos el mapa vitivinícola argentino y también es requerido por otros países para participar como jurado en concursos,  asesor de negocios y curador de ferias. Creador del Concurso Internacional VinoSub30 , -cuya particularidad es que el jurado son personas menores de 30 años-, es un referente indiscutido a la hora de hablar la industria vinífera mundial. “No importa lo que digan los expertos, el vino debe disfrutarse y adaptarse a quien lo bebe”, lanza sin temor a la opinión de los conservadores, Daniel López Roca quien se prestó a la charla con X el país, mientras lleva adelante el conteo de puntaje finalizadas las catas de la edición 21 del concurso.

X el País: Tomando su trayectoria profesional como ejemplo, ¿cuál es el momento en que un periodista hace un click y se comienza a dedicar a la comunicación de la industria vitivinícola?

Daniel López Roca: Mi ingreso al periodismo especializado en vinos fue gradual, básicamente motivado por mi amor al vino y el deseo de transmitir -especialmente a través de la web- la revolución que vivía la escena vinícola argentina en los años 90. La conexión emocional con el vino trasciende el producto en sí: engloba la historia, las personas detrás de las botellas y los paisajes que moldean cada terroir. El clic llegó al darme cuenta de que el vino no es solo una bebida, sino un lenguaje cultural que narra historias de identidad, creatividad y humanidad. Ese descubrimiento me llevó a entender que comunicar sobre vinos va mucho más allá de describir sabores; significa compartir un universo rico en matices y emociones.

X el País: ¿Qué es lo mejor que tiene el trabajo que usted hace?

DLR: Lo más gratificante es ver cómo el vino tiene el poder de conectar a las personas: desde la pasión de un joven enólogo hasta la emoción de un consumidor que descubre ese vino que lo marca para siempre. Aspiro a que mi trabajo sea ese puente entre ambos mundos, generando oportunidades, creando comunidad y, con VinoSub30, dándole voz a nuevas generaciones que están transformando la cultura del vino. Es fascinante ver cómo los jóvenes se acercan al vino sin prejuicios, explorándolo de verdad. VinoSub30 me da el privilegio de ser testigo de cómo cada generación reinventa su relación con el vino, aportando nuevas perspectivas y formas de disfrutarlo.

Mi verdad favorita es que «el mejor vino es el que más te gusta». No importa lo que digan los críticos o los expertos; el vino debe disfrutarse y adaptarse a quien lo bebe.

X el País: Desde la aparición en la escena argentina de los sommeliers han aumentado los mitos y verdades sobre el vino. ¿Cuál es su mito favorito y cuál es su verdad favorita de todo lo que se dice?

DLR: Me encanta el mito de que «los vinos caros son siempre mejores». Nada más alejado de la verdad: en VinoSub30 hemos comprobado que el precio por sí solo no define la calidad. Hay vinos increíbles a precios accesibles, y descubrirlos es parte del juego. Mi verdad favorita es que «el mejor vino es el que más te gusta». No importa lo que digan los críticos o los expertos; el vino debe disfrutarse y adaptarse a quien lo bebe. Las bodegas deben poner el foco en el consumidor, ya está hecho el vino, no hay que seguir hablando de él. Esta filosofía ha sido el corazón de nuestro concurso desde el primer día.

X el País:  El Concurso VinoSub30 cumple 21 años. ¿Qué cree que cambió en el paladar de los jóvenes menores de 30 si tuviera que hacer un análisis de los vinos elegidos en la primera y en la última edición del concurso?

DLR: Al principio, los jóvenes, probablemente influenciados por los gustos de sus padres, preferían vinos robustos, con notas de madera bien marcadas. Hoy en día, buscan frescura: vinos más ligeros, auténticos y sin artificios. También existe una creciente curiosidad por descubrir variedades menos conocidas y vinos que expresen claramente su origen. Este es un cambio hacia un consumidor más informado y abierto a probar cosas nuevas. Las preferencias actuales se inclinan por vinos más frescos, con menos madera, más frutales y de menor graduación alcohólica. El cambio refleja una generación en busca de su propia identidad en lo que respecta al consumo de vino.

X el País: Tengo la sensación de que el mercado actual de vino es diferente al de hace 10 años cuando usted y yo nos conocimos en un concurso de vinos. ¿Le pasa algo similar? ¿Es madurez? ¿Pérdida de la inocencia? ¿Qué es lo raro del mercado actual del vino?

DLR: Definitivamente, el mercado ha cambiado. Hay más conocimiento, pero también más ruido. Antes había un romanticismo en la forma de comunicar el vino, mientras que hoy hay una presión constante por ser disruptivo y captar la atención. El mercado actual es muy diferente, radicalmente diferente. Lo curioso es que coexisten el auge de la tecnología y el marketing digital y la necesidad de volver a las raíces y lo artesanal. Este contraste refleja un mercado en búsqueda de identidad y de una conexión genuina. No diría que es solo madurez, sino una evolución natural. Veo a un consumidor más informado, menos influenciable por críticos y mucho más dispuesto a experimentar. Lo «raro» es cómo las bodegas, en lugar de ser líderes en la creación de tendencias, ahora parecen seguirlas.

Veo a un consumidor más informado, menos influenciable por críticos y mucho más dispuesto a experimentar.

X el País: Otra cosa que se ve en la Argentina es la pérdida de credibilidad que han sufrido, sobre todo en los jóvenes, los grandes gurúes del vino. ¿Ocurre lo mismo en otros países?

DLR: Es un fenómeno global. Las nuevas generaciones valoran la autenticidad y desconfían de las figuras que parecen demasiado distantes o elitistas. Prefieren escuchar voces cercanas, que hablen su lenguaje y compartan experiencias reales. Esto no implica falta de respeto a la experiencia, sino que buscan líderes accesibles y pertinentes para su realidad. Lo que los jóvenes buscan es experiencia personal compartida entre pares, tomando recomendaciones de sus círculos más cercanos. Esto realmente marca la diferencia en la forma en que se relacionan con el vino y lo consumen, produciendo otro cambio en la dinámica del mercado.

X el País: ¿Qué piensa usted que sería del Malbec Argentino, sin la ayuda del Bonarda, de la Ancellotta y de otras variedades auxiliares?

DLR: El Malbec fue, sin dudas, la puerta de acceso al mundo para los vinos argentinos. Ha ganado un espacio en las mesas tanto en el país como en el exterior. No obstante, creo que Argentina sería menos interesante sin otras variedades y estilos. Entre las variedades que están siendo trabajadas por los productores se encuentran la Bonarda, el Cabernet Franc y las uvas criollas, entre otras. Los vinos blancos argentinos también han ganado terreno, alejándose de la predominancia del Chardonnay, con una gran diversidad de cepas que ofrecen excelentes exponentes en diferentes regiones. Un capítulo aparte merece el Torrontés, que, elaborado con el cuidado que requiere, ofrece vinos atractivos que el mundo debería conocer.

X el País: Sin repetir y sin soplar: recomiéndenos 5 buenos vinos argentinos teniendo en cuenta su RPC.

DLR: Cinco vinos con excelente relación precio-calidad:

Cordero con piel de Lobo Malbec
De atractivo color púrpura, este Malbec joven se destaca por sus aromas especiados y notas de cerezas frescas. Es frutado y con una acidez muy equilibrada. Es un vino vibrante y lleno de fruta, con aromas y sabores netos, una textura agradable en boca y una frescura que invita a seguir disfrutándolo.

Las Perdices Chac Chac Cabernet Franc 
De color rojo rubí, resaltan sus aromas de casis y pimiento, propios de la variedad. En boca tiene buen volumen, es equilibrado, suave y agradable, con sabores que recuerdan pimientos rojos y especias, a lo que se suma la complejidad que le aporta la madera. Perfecto para disfrutar con asados.

Nicasia Red Blend Cabernet Franc Malbec 
Combina la elegancia del Cabernet Franc, con su sutil aroma de hierbas frescas y anís, y la intensidad del Merlot y el Petit Verdot, que aportan frutas negras y especias. El toque ahumado del roble redondea su carácter, dando como resultado un vino con estructura y personalidad. Ideal para acompañar carnes rojas, risottos o platos elaborados.

Andreatta Red Blend
Aromas intensos de frutas rojas, con toques de café, vainilla y coco gracias a su paso por madera. Se perciben notas especiadas sutiles, buena acidez, taninos equilibrados y agradables, además de una excelente intensidad en boca. Su color rojo rubí, con reflejos violetas y púrpuras, lo hace aún más atractivo. Es ideal para acompañar carnes rojas, pastas y comidas especiadas.

Portillo Sauvignon Blanc
De color amarillo pajizo con destellos verdes. Aromas encantadores de pomelo y maracuyá. En boca, es refrescante, vibrante y persistente, con notas de lichi, mango y ananá. Ideal como aperitivo o para acompañar mariscos, ensaladas, pizzas, sushi y carnes blancas.