«Hablaremos de la soberanía alimentaria como paradigma civilizatorio contrapuesto y superador al modelo agroindustrial dominante. Vamos a explorar sus pilares fundamentales para evitar que el concepto sea vaciado de contenido», explica Marcos Ezequiel Filardi en relación a la charla que brindará este miércoles en el espacio de economía feminista El Patio de las Rosas, en el corazón de la Biblioteca Gutiérrez, en Lomas de Zamora, con entrada gratuita.
Marcos es Abogado de Derechos Humanos y Soberanía Alimentaria. Integrante de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires, del Museo del Hambre y de Abogados en Red por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos.
Antes de crear el Museo del Hambre, recorrió varias veces África buscando respuestas. Luego, realizó el viaje de la “soberanía alimentaria” por toda la argentina. Su tarea es muy valiosa en la lucha contra los agrotóxicos y en la construcción de alternativas a este modelo que envenena sistemáticamente.
«Somos cada vez más en esta lucha que no puede ser sino colectiva», afirma Marcos a Por el País al referirse a un modelo productivo con el que convivimos que enferma y mata con su paquete de transgénicos, agrotóxicos y fertilizantes sintéticos, que está destruyendo todo. «No titubeamos en calificarlo como ecocidio y genocidio, y no solamente hacia los pueblos fumigados, sino que el pueblo argentino es un pueblo fumigado: somos 44 millones de ciudadanos fumigados, porque los agrotóxicos llegan a nosotros a través de los alimentos, del aire que respiramos, del agua que bebemos”.
«Somos 44 millones de ciudadanos fumigados, porque los agrotóxicos llegan a nosotros a través de los alimentos, del aire que respiramos, del agua que bebemos”.
En un artículo publicado por él, se desarrolla la idea de que a partir de las estadísticas que la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) publicaba hasta el 2012, entre 2003 y 2012 el consumo de agrotóxicos aumentó 850 por ciento (pasó, sólo en el caso del glifosato, de 3 kilos por hectárea por año en 2003 a11,7 kilos por hectárea por año en 2012).
El modelo agroindustrial dominante en Argentina se caracteriza por una producción extractivista que se nutre de monocultivos, transgénicos, agrotóxicos y fertilizantes sintéticos basada en los agronegocios destinados a la exportación. Dicho modelo genera contaminación del suelo, aire, agua, fauna silvestre y alimentos; destruye los polinizadores; enferma y mata; no alimenta; provoca concentración, extranjerización y conflictos por la tierra; desplazamientos de campesinos y pueblos originarios, éxodo rural y hacinamiento urbano; desplazamiento de otros cultivos y de la ganadería bovina; deforestación y destrucción de selvas y humedales; aumento de las emisiones de gases responsables del cambio climático; degradación de los suelos y desertificación; expansión de malezas resistentes y tolerantes; pérdida de biodiversidad e inundaciones.
Un verdadero modelo agroalimentario es necesario, urgente y posible, de “alimentos sanos para pueblos libres”, basado en la agroecología de base campesina y la soberanía alimentaria.
Charla «El Paradigma de la Soberanía Alimentaria»
Cuándo: miércoles 30 de octubre de 18 a 20.30
Dónde: El Patio de las Rosas, Alte Brown 2163, Lomas de Zamora. Biblioteca Gutiérrez. A una cuadra de la estación de trenes.
Inscripciones: El Patio de las Rosas
Foto Lina Etchesuri