La desnutrición o malnutrición durante los primeros años de vida impacta negativamente en el desarrollo del cerebro de las personas, aunque «hay factores imprescindibles que no son tenidos en cuenta y son igual de fundamentales, como los estímulos afectivos y cognitivos», afirmó el neurólogo y neurocientífico argentino Facundo Manes.
En el marco de una presentación realizada por la Red Argentina de Bancos de Alimentos (Redbda) el reconocido especialista remarcó además que si bien las políticas públicas a nivel mundial están enfocadas en cuidar la alimentación durante los primeros 1.000 días de vida, «es importante cuidarla hasta después de los 20 años, momento en el que se termina de desarrollar por completo el cerebro».
«Lo último que se desarrolla en el cerebro es la parte frontal, es decir, todo lo que tiene que ver con la planificación y la inhibición de las respuestas impulsivas y eso ocurre recién después de los 20 años, por eso es importante seguir cuidando la dieta y los estímulos afectivos», explicó.
Asimismo, precisó que «la malnutrición o desnutrición afecta básicamente a los circuitos cerebrales y tiene un impacto directo en el desarrollo de ciertas áreas». Trae complicaciones en el vocabulario, el aprendizaje y las funciones ejecutivas, «que son procesos cerebrales que intervienen en la toma de decisiones», puntualizó.
Manes aseguró que esos tres factores -estímulos afectivo, cognitivo y buena nutrición- son «fundamentales» y que si bien «las políticas de Estado deben garantizarlos, también es una situación en la que la sociedad civil y los sectores políticos deben trabajar en conjunto».
El neurólogo destacó por último el trabajo de la Red, que tiene como objetivo redistribuir alimentos a los sectores más vulnerables.
En ese sentido, el presidente de la Redbda, Gustavo Fernández Casares, aseguró que durante el 2014 se distribuyeron 8.193.946 kilos de alimentos entre las 1.780 entidades con las que trabaja la red.
«Son 16 bancos de alimentos en 10 provincias argentinas que clasifican, almacenan y distribuyen los productos destinados a las entidades que asisten a unas 240.000 personas, de las cuales el 70 por ciento son menores de 17 años», precisó.
«El primer banco se creó en el 2001 con el objetivo de combatir la fuerte crisis que se vivía en el país, pero con el tiempo fuimos creciendo profesionalmente y logramos sumar 16 bancos más. Las entidades que ayudamos cuentan con dos inspecciones anuales de nuestro personal, y estamos orgullosos de tener gente tan capaz trabajando con nosotros», subrayó.