Una pareja de ejemplares de lobo gargantilla, un animal extinto en toda la Argentina desde hace más de 60 años, ya está en Corrientes para dar inicio a un proyecto de reintroducción de la especie en los Esteros del Iberá.
Así lo informó la organización ambientalista The Conservation Land Trust (CLT) -creada por el multimillonario Douglas Tompkins-, que lleva adelante el proyecto de reintroducción del lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis), también conocido como nutria gigante, con apoyo del gobierno de la provincia.
Se trata de un macho de tres años de edad y de una hembra de siete años provenientes de zoológicos de Suecia y Hungría, respectivamente, que fueron donados. El proyecto busca recuperar al predador tope acuático del ecosistema del Iberá.
En el informe se menciona que «la nutria gigante se extinguió en Corrientes a mediados del siglo XX, principalmente por alteraciones en su hábitat y por la caza furtiva para el uso de su piel».
El informe de la fundación creada por Tompkins agrega: «Este mamífero acuático, que representa un importante recurso de ecoturismo basado en la observación de fauna, está considerado extinto en Argentina, y críticamente amenazado en la mayoría de los países donde se encuentra».
El director de conservación de CLT Argentina, Sebastián Di Martino, afirmó que «el objetivo principal del proyecto es alcanzar un Iberá cada vez más completo y funcional desde el punto de vista ecológico».
El lobo gargantilla es el mayor mamífero acuático de la región, y la mayor nutria del mundo. Con cola aplanada y marcas blancas en la garganta con un patrón específico en cada individuo, se caracteriza por ser un animal principalmente diurno, social y territorial, que vive en grupos familiares de hasta quince ejemplares. Su dieta se compone en un 99 por ciento por peces, explica CLT.
La Fundación, además, anunció que «tras su arribo comienza un largo proceso para estos dos ejemplares, que llevará varios meses y que incluye los chequeos sanitarios pertinentes y su posterior traslado al corral de pre-suelta en la isla de San Alonso, en el corazón de los Esteros del Iberá, para su adaptación a la vida en libertad».
El proyecto de reintroducción del lobo gargantilla, explica la ONG, «se inicia con la llegada de estos dos ejemplares continuará durante muchos años, hasta que pueda establecerse de vuelta una población de la especie en el Iberá y en Argentina».