El ciervo de los pantanos usa gps

En el núcleo forestal del Bajo Delta del Paraná, miembros del Proyecto Pantano lograron capturar y colocarle un collar satelital a un macho de ciervo de los pantanos por primera vez en toda Sudamérica. El objetivo es generar información científica que permita compatibilizar la producción forestal, fundamento de la economía isleña, con la conservación de esta especie en peligro de extinción.

Los principales desafíos que afronta la especie en el Bajo Delta son la caza furtiva y los cambios ambientales impuestos por la expansión ganadera y la producción forestal.

El Delta del Paraná suma 1.700.000 laberínticas hectáreas, que los ciclos hidrológicos se encargan de mantener en permanente cambio. Comienza al sur de Diamante, en Entre Ríos, y termina trescientos kilómetros aguas abajo, donde los ríos Paraná y Uruguay se unen para formar el estuario del Plata.

El Bajo Delta o Delta Inferior constituye su porción más austral. Tiene alrededor de 320.000 hectáreas de superficie, que comparten las provincias de Entre Ríos (40.000 ha) y Buenos Aires (280.000 ha). Y está constituido por islas genuinamente deltaicas, producto de la sedimentación (al norte de Ibicuy hay, en realidad, una planicie inundable segmentada por distributarios del Paraná).

El collar permitirá seguir en tiempo real los desplazamientos de diez ejemplares adultos por la intrincada geografía isleña y así obtener una información clave para la conservación de la especie en la región: sus patrones de movimiento y el uso que hace de los distintos ambientes (en especial, de las forestaciones de álamo y sauce).

Este ciervo es el cérvido más grande de Sudamérica: supera los 100 kilos y alcanza en la cruz una altura de 1,20 metros, a lo que cabe añadir en los machos hasta 60 cm y pico de astas.

Pertenece al singular grupo de los “ciervos anfibios”, junto al barasingha de la India y Nepal –almuerzo corriente del tigre de Bengala– y el ciervo acuático chino, que exhibe impactantes colmillos.

El collar comenzó a emitir exitosamente poco después de que se liberara al ciervo. Está programado para enviar entre 12 y 16 localizaciones diarias, determinadas por el GPS que lleva incorporado. Una constelación de satélites las hace llegar hasta la computadora de los científicos del Proyecto Pantano en forma de coordenadas para que, valiéndose de programas geoinformáticos, puedan mapear con precisión los desplazamientos del animal.

La captura, a cargo del equipo veterinario del Proyecto Pantano –integrado por profesionales de la Fundación Temaiken y el CONICET–, fue supervisada por veedores del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible de la provincia de Buenos Aires (OPDS) y contó con el apoyo logístico de la Estación Experimental Agropecuaria Delta del INTA, la Reserva Natural Otamendi (APN) y la empresa foresto-ganadera Caaby SA.

De la iniciativa, liderada por investigadores del CONICET y el INTA, también participan expertos de la Universidad de California, el Instituto de Biología Subtropical y la Asociación para la Conservación de la Naturaleza. Su financiamiento corre por cuenta de un Fondo para la Conservación Global (GEF), que administra el Banco Mundial y ejecuta en la Argentina la Unidad para el Cambio Rural del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

 

Información brindada por Proyecto Pantano

proyectopantanoarg@gmail.com